4.29.2014

Terremotos

Algún día contaremos con aparatos precisos para predecir los sismos. Me preguntó cómo cambiará la situación. ¿Será como cuando se aproximan nubes que anuncian una fuerte lluvia o como el grito de una persona que trata de decirle a otra que se quite de la calle para que no la atropellen?

Imagino que contaremos con alertas sísmicas confiables que nos avisarán con el tiempo suficiente para salir de nuestras casas u oficinas, con tal anterioridad que podremos prepararnos un café con calma.

Perderemos el miedo a los temblores, a esos terremotos que le han costado la vida a millones de personas a lo largo de la historia de la humanidad. La furia de los dioses, o de Dios, no será más. Incluso la ciencia podría cambiar, descubrir algo más en el movimiento de las placas tectónicas con tecnología que aún no existe: alguna conexión con otro elemento natural y nuevos misterios alrededor de cada sismo.

Hace pocos días, en la Ciudad de México se sintió un fuerte temblor, que según las mediciones fue de 7.2 grados en la escala de Richter. Era Viernes Santo por la mañana, el movimiento fue tan intenso que me despertó con todo y que la noche anterior me había acostado sumamente ebrio. Al igual que en ocasiones previas, no sentí miedo.

Actualmente contamos con una (¿falsa?) seguridad de que los edificios en los que vivimos están construidos para soportar grandes movimientos telúricos. Creemos que las nuevas construcciones (hechas hace menos de dos décadas) son lugares seguros.

Espero que así sea.

4.28.2014

Querida ciencia

Soy fan de Cosmos, la serie de televisión que se trata de difundir el conocimiento y pensamiento científico, especialmente la astrofísica, y cada vez que veo un nuevo episodio siento que la ciencia es en realidad una religión.

Programas de TV y documentales como Cosmos nos muestran el universo. Corrijo: “nos muestran el universo”, porque vemos imágenes de galaxias, nébulas, estrellas que debemos considerar como algo real, cuando en realidad son sólo representaciones computarizadas de imágenes que sí fueron obtenidas por telescopios como el Hubble, aunque otras son total especulación, por ejemplo: la posición de nuestro Sistema Solar en la Vía Láctea visto “desde afuera” o cómo sería estar dentro de un hoyo negro. 

El pensamiento científico trata de convencernos de que el pensamiento religioso está mal y debe ser sustituido. Y estoy de acuerdo con ello. Las religiones se basan en suposiciones como que el humano es el centro de la creación, la Tierra el centro del universo y fuimos hechos a imagen y semejanza de un ser superior. 

Pero la ciencia también establece sus enseñanzas en un gran porcentaje de suposiciones. Cosas que debemos dar por hecho porque las dicen los científicos. Datos que sólo se pueden comprobar o suponer en laboratorios misteriosos en universidades o empresas privadas. Información que tomamos como la realidad sin cuestionarla.

No estoy diciendo que la ciencia esté mal, de hecho considero que es el camino correcto para nuestra situación actual como humanos. La religión nos trajo esperanza y millones de muertes, pero la ciencia también (la bomba atómica, sólo como un ejemplo). 

Mi creencia es que la ciencia viene a sustituir a la religión en el ramo de la búsqueda de explicaciones y cada vez más se convertirá en la religión dominante y que tal vez, en el futuro no tan lejano, la humanidad deba encontrar un nuevo modelo de pensamiento para liberarnos de las cadenas opresoras de la ciencia.

4.21.2014

Son of Batman

DC Entertainment nos había acostumbrado durante los últimos años a ver animaciones de muy buena calidad con sus afamados superhéroes en adaptaciones de los comics, especialmente de Batman.

Los mejores ejemplos son The Dark Knight Returns y Year One, basadas íntegramente en las historias de Frank Miller. La serie animada de Batman, con guiones originales, realizada en la década de los noventa aún sorprende por su gran narrativa y la reciente Justice League War dejó un buen sabor pese a que cambiaron partes clave de los comics del New 52 que la inspiraron.

Pero Son of Batman es la muestra de que no todo lo que hacen es bueno. Presenta al mundo animado a Damian Wayne, hijo de Bruce Wayne y Talia al Ghul, como el nuevo Robin, el cuarto en tomar ese papel (si somos estrictos). 

El personaje de Damian fue creado por Grant Morrison en la década pasada y pese a que el principio no fue tan bien recibido por los lectores se fue ganando la simpatía de millones de fans del Caballero de la Noche. En la historia original, Talia va y deja a Damian con su padre para que aprenda de él y en el futuro tome su lugar, pero siguiendo los lineamientos de la Liga de los Asesinos. 

En los comics, Damian es un niño que desde que aprendió a caminar fue educado para asesinar y durante sus primeros días al lado de Batman es reeducado para no matar a sangre fría a los criminales de Gotham City. Con el tiempo, y tras varios conflictos por su actitud, se convierte en el nuevo Robin y entabla una amistad con el primer sidekick de Batman Dick Grayson cuando Bruce Wayne muere (bueno, sólo desaparece en el tiempo) y este tiene que tomar el lugar del más grande detective del mundo.

En Son of Batman toman sólo ligeros elementos de la historia original, montan un escenario poco convincente en el que el villano es Deathstroke quien quiere apoderarse del control de la Liga de Asesinos y Talia le deja el chamaco al padre durante un tiempo para que lo proteja. El Damian de la película no es tan violento y, contra toda lógica dentro de la misma película, Batman decide rápidamente convertirlo en Robin sin el mayor reparo.

Las secuencias de acción no son nada que no se haya visto en cualquier animación para la televisión del sábado por la mañana y los diálogos son torpes. Es una historia original para animación que deja una mala introducción de este gran personaje, que por cierto ya murió en la continuidad actual de los comics. 

Mi review: 1 de 5 mazapanes. 

4.11.2014

¿Por qué las marchas no funcionan?

Pude asistir a una marcha en contra de las reformas a la Ley de Telecomunicaciones, las cuales representan un retroceso en las libertades ciudadanas en torno a internet. Sólo por poner un ejemplo, el gobierno federal podrá interrumpir las comunicaciones (bloquear internet) en zonas donde considere se esté “atentando contra la seguridad nacional”. Obviamente está mal y hay que manifestarse en contra.

Al participar en la marcha estuve reflexionando que era una batalla perdida, los senadores votarán las reformas que envío el presidente Peña Nieto para restringir el uso de la internet. Aún así, allí estaban miles de personas en la calle, expresándose en contra de lo que está por hacer el gobierno. 

Durante años he observado, y participado, en marchas que buscan cambiar algo o exigir justicia. En Hermosillo vi como las manifestaciones tras el crimen de la guardería ABC sacaron a miles a las calles y al final nada cambió. En la Ciudad de México no hay día sin marchas: movimientos obreros, campesinos, maestros de Guerrero, la CNTE, el Sindicato Mexicano de Electricistas, Antorcha Campesina, marchas contra fraudes electorales, contra las reformas constitucionales… hasta he visto marchas para apoyar a Wisín y Yandel para algún programa de televisión. 

Las marchas son un medio de comunicación. Y este medio no funciona. Son un medio institucionalizado que no logra cambios. Algunas anotaciones sobre las razones de los fracasos de estas:

Son irrelevantes para los políticos. La mayoría, sino es que todas las marchas, buscan que el gobierno en turno cambie o no cambie algo. Las manifestaciones se mueven hacia el Senado, la Residencia Oficial de Los Pinos, la Cámara de Diputados, alguna dependencia, etc. Pero los funcionarios nunca están ahí a la hora de la marcha, tal vez se enteran que ocurrió porque lo ven en las noticias desde sus lujosas casas en residenciales amurallados. Las marchas no son una amenaza para la seguridad de los políticos ni para el sistema, por eso no les importan.

Las marchas carecen de imaginación. Asistir a una marcha es haber ido a todas. Siempre están los mismos personajes: los universitarios gritones con sus consignas repetitivas que en algún pasado fueron graciosas (“el que no brinque es Peña”, etc.), los señores repartiendo volantes comunistas, los güeros clase media alta salidos de la Ibero o el ITAM que van en apoyo o a observar, los camarógrafos y fotógrafos activistas que van enfrente documentando, la señora que vende frituras, los policías.

Los líderes pierden la perspectiva. Al final de las marchas o cuando estas convocan un gran número de personas se puede ver a los organizadores y oradores contentos, como si el éxito fuera la marcha en sí y no lo que busca cambiar. Les interesa más el poder de convocatoria para convertirlo en poder dentro del círculo de políticos.

El uso político de los pobres. Es común ver en las marchas obrero campesinas a miles de acarreados (personas a quienes se les facilita la movilización dicen los vividores), casi todos provienen de círculos de pobreza o áreas altamente marginadas del campo mexicano. Los movilizan en camiones, les dicen hacia donde caminar, escuchan las falsas vociferaciones de sus líderes, una torta y un refresco, de regreso a su lugar de origen, sin solución a los problemas que los trajeron. 

Ciudadanos vs. Ciudadanos. Uno de los propósitos de toda marcha es desestabilizar el tráfico vehicular, como forma de presión contra los políticos (quienes jamás se ven afectados), lo que provoca el enojo y en cada vez más casos situaciones de furia por parte de automovilistas que hasta les avientan el vehículo a los manifestantes. Se crea una situación de civiles contra civiles. Mientras los políticos se ríen.

Las marchas no funcionan porque el sistema no funciona.

Entonces, si las marchas no funcionan, ¿cuáles son las alternativas? No lo sé. Están quienes optan por el llamado ciberactivismo, que en los hechos sirve para lo mínimo o para un carajo (y que el gobierno del presidente Peña Nieto aún así busca limitar). Hay quienes sueñan con que las marchas deriven en violencia y obtener mártires para su causa, lo que tampoco debe ser opción. 

Es difícil saber qué hacer, tal vez pronto lo descubramos en una nueva fórmula que incluya la información, la expresión y la imaginación.

4.10.2014

La indignación de los periodistas

Es lamentable cuando un reportero o reportero gráfico es agredido por las autoridades. Cualquier ataque con balas o golpes es totalmente reprobable, condenable y se debe exigir que se castigue. Cuando llega a ocurrir todos los miembros del gremio periodístico se unen en indignación.

A continuación escribo una lista de cosas que me gustaría también indignara a los reporteros, fotógrafos, camarógrafos y cualquier miembro de la prensa:

La agresión a cualquier ciudadano. Por supuesto que es indignante que se golpee a un periodista, pero también debería serlo cualquier ataque a un ciudadano inocente. Cuando se golpea a un civil esto no pasa de las notas breves en cualquier noticiero de radio, televisión o periódico. Si es que se publica.

El chayote. Conozco el medio periodístico, he sido parte de él. He visto como el chayote llega de distintas formas, no sólo a los dueños de los medios en forma de publicidad, sino también al reportero de a pie, el que busca la noticia. No es raro ver a los reporteros dejarse apapachar por diputados, funcionarios y partidos políticos en posadas, fiestas de cumpleaños, con canastas navideñas y hasta con cheques de "apoyo" salidos de dinero público. Algunos viven de los anuncios en sus portales que no son más que chayote disfrazado.

Los intereses políticos. A muy pocos periodistas he visto que les indigne trabajar "a escondidas" (según ellos) para favorecer a determinados personajes políticos y atacar a otros (con notas o fotos, no con golpes). Todo queda claro con el tiempo, terminan en las oficinas de Comunicación Social de las dependencias del gobierno.

La hueva. ¿Cómo saber si los periodistas son huevones? Leyéndolos o viendo los medios donde trabajan. Prácticamente todos los días se publica lo mismo, declaraciones de funcionarios, entrevistas en la banqueta, más declaraciones y todo lo que envían los boletines del gobierno. Cada vez es más raro ver reportajes interesantes (y no necesariamente se tienen que jugar la vida para hacer uno bueno, sólo tienen que combatir la zona de confort).

Las agresiones a la prensa siempre son indignantes, pero también hay otras cosas que deberían poner en acción a los periodistas.

Un saludo para el gremio y mis amigos reporteros.


4.09.2014

Mi religión alimentaria

Hace un año inicié uno de los experimentos más relevantes en mi vida: tomé la decisión de elegir mi alimentación. Comenzó como un ejercicio de disciplina, cambiar lo que uno come no es sencillo cuando estamos acostumbrados a comer de todo.

Para conseguir mi objetivo consideré necesario establecer reglas y darle un sentido semi-religioso al asunto, con ideas absurdas pero efectivas sobre qué y cuándo comer qué, igual que la Cuaresma o el Ramadán.

Establecí los siguientes "mandamientos":

  • Comer todo tipo de frutas y verduras.
  • Comer animales provenientes del mar: pescados y mariscos.
  • No comer animales terrestres: vacas, pollos, cerdos.
  • Comer derivados de animales terrestres: huevos y quesos.
  • Evitar los alimentos industrializados 
  • Evitar comer en cadenas de fast food.
  • Hay dos días en el año en los que como de todo:
    El Día de los Muertos. Cuando el espíritu de los animales regresa y podemos consumirlo.
    El domingo del Super Bowl. Porque, pues, siempre es un gran día.
  • Saber de dónde viene la comida.
  • Saber que todo tipo de alimento tiene detrás explotación humana.
  • No evangelizar a los demás.

Decidí que no es una cuestión moral, aunque no me hace feliz el sistema de producción de alimentos (el sacrificio animal, la engorda artificial y la explotación del campesino) no es el eje que rige, sino la disciplina y el poder elegir.

El cuerpo humano se adapta fácilmente, en menos de dos semanas se acostumbra a la nueva alimentación y al poco tiempo los antojos y el hambre se modifican. Algo pasa en el cerebro que incluso los olores de los tacos o carnitas dejan de ser apetecibles.

Al principio lo más difícil de tratar es el aspecto social. Dejar de comer lo mismo que los demás es una especie de amenaza para las personas. La mayoría trata de convencerte de alimentarte con lo mismo que ellas porque es inconcebible que no comas hamburguesas. Al igual que el cuerpo, con el tiempo se acostumbran.

Tras un año de ejercer esta religión alimentaria, la cual llamo Pescatarianismo No Sectario, puedo asegurar que me siento mejor, mi salud se mantiene positivamente estable, adelgacé pero no me fui de paso y he descubierto todo un mundo de posibilidades para cocinar.

4.08.2014

Las vacunas

En mi cerebro se enciende una alarma cuando leo que una actriz salida de Televisa está promoviendo que no se vacune a los niños y niñas. Mis observaciones al respecto:
  • Es ignorancia de importación. En Estados Unidos y Canadá existe desde hace un par de años un movimiento anti-vacunación muy fuerte.
  • El crecimiento de las ideas contra las vacunas ha provocado el resurgimiento del sarampión, enfermedad que fue erradicada de Norteamérica hace más de una década  y junto a otras enfermedades está de regreso.
  • Los principales voceros del movimiento anti-vacunación en Estados Unidos son personalidades de la farándula como Jenny McCarthy
  • Es preocupante que personalidades de las telenovelas promuevan este tipo de creencias, son líderes de opinión de los sectores menos informados de la población.
Por último, una propuesta para contrarrestar la ignorancia anti-vacunación:
  • Hay que combatir fuego con fuego. Lo que el gobierno federal tiene que hacer para contrarrestar esta situación es que la primera dama, Angélica Rivera, salga a fomentar la vacunación. La ex actriz también salió de Televisa y puede llegar fácilmente al mencionado sector de la población. Sólo espero que ella no crea que las vacunas son malas.