10.26.2012

Garibaldi.


Que prohibirán el consumo de alcohol en Plaza Garibaldi.

Esa sí es noticia. De permanecer la medida, se acabó todo ese folclor etílico particular de la zona.

Garibaldi es el punto ideal para seguir la fiesta al salir de un bar del Centro Histórico. Llegas pasando las dos de la mañana y te reciben no sólo mariachis, sino músicos de todas las latitudes del país. Están los conjuntos norteños, los tríos y hasta marimberos. 

En un mismo espacio se mezclan sonidos de cada rincón de México. Borrachos pidiendo canciones, a cincuenta pesos la rola.

En unas mesas improvisadas, o carritos de supermercado, se venden cervezas de a litro, caguamas en vaso, solas o micheladas. Pese al grado de embriaguez de los parroquianos, las broncas no son comunes. 

No es un lugar completamente seguro, hay grupos de asaltantes que rodean a los borrachos solitarios, muchas veces cuando estos buscan el baño, para quitarles el celular, la cartera y otras pertenencias.

Garibaldi es de los lugares más mexicanos que existen. Cientos de borrachos cantando y bailando las canciones que le gustan. (En todas las veces que he ido jamás he escuchado una canción extranjera).

Garibaldi es la extensión festiva entre la fiesta planeada y el amanecer. Lugar de baile, canto, peleas, nostalgia y muchos besos.

Bueno, parece que todo eso terminó.

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