8.22.2013

Estados involuntarios

Hay distintos métodos para alcanzar niveles de conciencia que no son las sensaciones y procesos cognitivos rutinarios con los que observamos e interactuamos con la realidad todos los días, algunos les llaman estados alterados.

Algunas personas usan drogas: café, mota, cocaína, hongos, salvia, metanfetaminas. Otros utilizan la meditación, yoga, ejercicios de respiración, sexo tántrico,  privación del sueño, etc.

Pero a veces llegan por accidente sin que uno lo busque o lo espere, un día lleno de estrés, un golpe en la cabeza, lácteos rancios... son muchos los caminos inesperados que nos pueden abordar la realidad desde afuera, como si fueramos un observador externo que mira a esa máquina orgánica hacer cosas y formular pensamientos.

Esos momentos involuntarios son mejores que los forzados y son grandes instantes de lucidez que hay que saber apreciar.

8.21.2013

Los sismos me ponen de buen humor

Los sismos me ponen de buen humor. Los movimientos sísmicos más recientes no los he sentido, pero aún así cada vez que ocurren me forman la sonrisa.

Los terremotos son un recordatorio de que todo se puede acabar en un instante: el escenario, las casas, los edificios, la ciudad como la conocemos, nuestra vida y la de personas que apreciamos.

Son el símbolo de la máxima destrucción, de la miseria, la pérdida y el dolor masivo. También son la muestra de que sólo tenemos la vida y esta se puede ir en un instante junto con las posesiones materiales que tanto nos estresan cuando hay que pagar la tarjeta de crédito.

En cada temblor se nos debe mover el piso cerebral y activar el instinto de disfrutar cada momento como si fuera el último día.

8.19.2013

Sobre la reforma energética

En el México moderno el petróleo es más sagrado que la Virgen de Guadalupe. Hay quienes lo consideran algo como la sangre del país, un material con un halo místico de pureza que jamás deben tocar las sucias manos de los extranjeros.

Desde hace muchos años, la autodenominada izquierda grita y denuncia los planes privatizadores que los antes llamados neoliberales pretenden efectuar con el oro negro extraído en territorio nacional. Dicen que entregarle el petróleo a compañías extranjeras es el saqueo más grave que sufrirá este país.

Por su parte, los gobiernos en turno han estado desde hace unos años abriendo las puertas poco a poco a las empresas multinacionales que cada vez tienen más participación en los procesos que incluyen localización, extracción y procesamiento del petróleo.

El gobierno federal dice que con la reforma enérgetica los mexicanos tendremos energía eléctrica y gas más baratos y que la empresa estatal PEMEX no puede con el paquete, por lo que es necesario que la iniciativa privada se involucre aún más.

En las próximas semanas el debate, sobre una aprobación legislativa que desde ya está pactada entre el PRI y el PAN y por lo tanto es un hecho, irá escalando. El gobierno a través de la televisión, la radio y los columnistas centaveados. La oposición con sus marchas, mítines y consignas trasnochadas.

Si algo nos ha enseñado la historia es que el gobierno siempre miente, que las privatizaciones son tranzas millonarias que sólo benefician a los más ricos, que la izquierda es más gritos y pancartas que propuestas viables y que a las compañías petroleras multinacionales les importa un carajo la ecología y el desarrollo social.

Lo que se juega con la reforma energética que los legisladores decidirán es si las ganancias millonarias que genera el petróleo se quedan en manos de gobernantes y líderes sindicales corruptos y cínicos o pasan a manos de empresarios corruptos y cínicos.