12.24.2013

Mi abuelo

Mi abuelo fue cazador. Al ver un venado, su lógica era:

"Es un hermoso animal, debo matarlo."

12.21.2013

Solución de cafeína

La cafeína es mi droga favorita. No puedo concebir un día sin beber café.

No recuerdo cuándo comence a beberlo, tal vez fue durante la pre-adolescencia o durante mi primer trabajo, de botones en un hotel a los 16, donde a veces tenía que mantenerme despierto toda la noche.

Me ha acompañado durante todas las mañanas desde la universidad hasta los empleos nocturnos y en los momentos en que se necesita exprimir neuronas. Hace años dejé de beber café soluble, sólo lo tomo por cortesía o en una emergencia catastrófica.

Los ruidos de la cafetera por la mañana son la mejor canción. Empujar la aeropress es el preludio de una explosión cerebral.

Me serviré otra taza de café bien cargado.

12.19.2013

Personajes recurrentes

Cada mañana en la caminata de rutina entre la guarida y la estación del metro veo personas que siempre son parte del escenario.

En una esquina, un hombre de unas cinco décadas, tez morena, cabello negro peinado perfectamente con gel de la que más brilla, pantalón de mezclilla, saluda cortésmente a la gente y ayuda a las señoras a abrir las cortinas de sus negocios mientras fuma un cigarro de mota que regala un olor a hierbas a todo su alrededor.

Una mujer morena clara, cabello oscuro y lacio, en sus veintes, bonitas facciones mesoamericanas y caderas agradables, cruza siempre frente a mí mirándome con la máxima discreción.

Con el cabello corto de los lados y el cuerpo lleno de tizne, un hombre joven y grueso empuja un diablito con cilindros metálicos mientras repite el mantra que anuncia a todo el barrio la venta de gas.

Cada día camino en sentido contrario a la multitud de cal y cemento. Cientos de trabajadores de la construcción, muchos llevan pan y atole en sus manos rígidas llenas de callos. Acentos del sureste mexicano y chamarras y gorras con logotipos deportivos.

Me gusta pensar que muchos de estos personajes imaginan historias sobre los demás miembros del escenario.

12.18.2013

Cajas de indiferencia

Los vagones del metro son enormes cajas de indiferencia. Espacios móviles que de lunes a viernes son silenciosos, nadie habla, a excepción de los vendedores que gritan.

Las personas viajan a sus trabajos u hogares tratando de no pensar en la demás pasajeros,  aún y cuando se respiren el  aliento a quince centímetros entre cara y cara.

Alguien puede caerse, desmayarse, vomitar,  pelearse a golpes con otro y la gente será sólo espectadora pasiva del  espectáculo de la vida diaria.

El escenario se ve distinto los fines de semana, a partir del viernes por la noche los vagones son una mezcla de decenas de conversaciones de personas que ahora sí sonríen.

8.22.2013

Estados involuntarios

Hay distintos métodos para alcanzar niveles de conciencia que no son las sensaciones y procesos cognitivos rutinarios con los que observamos e interactuamos con la realidad todos los días, algunos les llaman estados alterados.

Algunas personas usan drogas: café, mota, cocaína, hongos, salvia, metanfetaminas. Otros utilizan la meditación, yoga, ejercicios de respiración, sexo tántrico,  privación del sueño, etc.

Pero a veces llegan por accidente sin que uno lo busque o lo espere, un día lleno de estrés, un golpe en la cabeza, lácteos rancios... son muchos los caminos inesperados que nos pueden abordar la realidad desde afuera, como si fueramos un observador externo que mira a esa máquina orgánica hacer cosas y formular pensamientos.

Esos momentos involuntarios son mejores que los forzados y son grandes instantes de lucidez que hay que saber apreciar.

8.21.2013

Los sismos me ponen de buen humor

Los sismos me ponen de buen humor. Los movimientos sísmicos más recientes no los he sentido, pero aún así cada vez que ocurren me forman la sonrisa.

Los terremotos son un recordatorio de que todo se puede acabar en un instante: el escenario, las casas, los edificios, la ciudad como la conocemos, nuestra vida y la de personas que apreciamos.

Son el símbolo de la máxima destrucción, de la miseria, la pérdida y el dolor masivo. También son la muestra de que sólo tenemos la vida y esta se puede ir en un instante junto con las posesiones materiales que tanto nos estresan cuando hay que pagar la tarjeta de crédito.

En cada temblor se nos debe mover el piso cerebral y activar el instinto de disfrutar cada momento como si fuera el último día.

8.19.2013

Sobre la reforma energética

En el México moderno el petróleo es más sagrado que la Virgen de Guadalupe. Hay quienes lo consideran algo como la sangre del país, un material con un halo místico de pureza que jamás deben tocar las sucias manos de los extranjeros.

Desde hace muchos años, la autodenominada izquierda grita y denuncia los planes privatizadores que los antes llamados neoliberales pretenden efectuar con el oro negro extraído en territorio nacional. Dicen que entregarle el petróleo a compañías extranjeras es el saqueo más grave que sufrirá este país.

Por su parte, los gobiernos en turno han estado desde hace unos años abriendo las puertas poco a poco a las empresas multinacionales que cada vez tienen más participación en los procesos que incluyen localización, extracción y procesamiento del petróleo.

El gobierno federal dice que con la reforma enérgetica los mexicanos tendremos energía eléctrica y gas más baratos y que la empresa estatal PEMEX no puede con el paquete, por lo que es necesario que la iniciativa privada se involucre aún más.

En las próximas semanas el debate, sobre una aprobación legislativa que desde ya está pactada entre el PRI y el PAN y por lo tanto es un hecho, irá escalando. El gobierno a través de la televisión, la radio y los columnistas centaveados. La oposición con sus marchas, mítines y consignas trasnochadas.

Si algo nos ha enseñado la historia es que el gobierno siempre miente, que las privatizaciones son tranzas millonarias que sólo benefician a los más ricos, que la izquierda es más gritos y pancartas que propuestas viables y que a las compañías petroleras multinacionales les importa un carajo la ecología y el desarrollo social.

Lo que se juega con la reforma energética que los legisladores decidirán es si las ganancias millonarias que genera el petróleo se quedan en manos de gobernantes y líderes sindicales corruptos y cínicos o pasan a manos de empresarios corruptos y cínicos.

8.16.2013

Viernes por la noche


Tal vez estoy dando el viejazo (después de muchos años de adolescencia tardía) pero ya casi no me gusta salir los viernes por la noche.

El día favorito de las mayorías para salir a divertirse, embriagarse en una fiesta, en un bar o bailar hasta que duelan los pies. Los he cambiado por el silencio, la lectura y un café.

Las invitaciones o algo qué hacer siempre están a un "send" de distancia. Pero la noche del viernes es una excelente opción para ser un intento de hikikomori.

Los sábados son otra historia.

Podcast Liga del Rant, agosto 16 2013

8.15.2013

El aprendizaje de antes

Hace un tiempo aprendí que cuando mueves un piano este se puede desafinar. No me lo dijeron, no lo vi en una película o programa de televisión, tampoco lo leí en internet. Lo aprendí empíricamente una vez que moví empujando un piano y se desafinó.

Cada vez son menos los conocimientos que aprendemos en contacto directo con los fenómenos que nos llevan a observar, razonar y obtener conclusiones. Es un proceso cognitivo que dejamos dejamos a un lado a medida que crecemos.

Incluso estamos abandonando la memoria. Cuando no recordamos algo, en lugar de hacer un esfuerzo mental por ir hilando ideas hasta llegar al dato que queremos recordar, tomamos el teléfono o la computadora para buscarlo en Google.

Es importante aprender con los hechos y no sólo ser un recipiente que se llena con datos obtenidos por los demás.

Hoy trataré de aprender algo nuevo con el método experimental.

8.14.2013

Sándwiches de champiñones

Dos champiñones
Medio aguacate
Medio tomate
Chiles chipotles
Mayonesa
Pan blanco

Se cortan los champiñones en rebanadas delgadas y el aguacate en rodajas. Se cortan rebanadas no muy gruesas de tomate. Se colocan los panes en un plato.

Se unta mayonesa al gusto en los panes y se colocan todos los ingredientes de una manera en la que se vean bonitos.

Se agregan algunos chipotles y se cierran los panes para formar un emparedado, el cual está listo para disfrutarse.

Comer y sonreír.

*Rinde para dos sándwiches

8.12.2013

La vejez y el cerebro

Hace unos días en el hipódromo vi a muchos hombres viejos, pero hubo uno que llamó mi atención. Con más de 70 años, caminaba despacio, encorvado, con dificultad física para levantar la cabeza y la mirada.

Sus movimientos lentos me dejaron pensando sobre la vejez y me pregunté si la capacidad intelectual y claridad mental van al mismo ritmo de deterioro que la capacidad motora.

Me pregunto si a los setenta años (en caso de llegar) podré contar con la imaginación, memoria y habilidad para razonar que tengo a los 35 (si es buena o mala no se discute en este texto).

Tal vez, el ritmo cerebral decae y se mueve al ritmo de los pies cansados. O como comentó un amigo, tal vez el cerebro sigue o está más lúcido y trabaja a un ritmo que lo hace sentirse prisionero en un cuerpo torpe y aletargado.

El paso de los años o algún neurólogo me dirán las respuestas.

6.02.2013

Notas sobre el chile verde.

Cuando eres originario del noroeste del país y te mudas a la Ciudad de México hay algo que notas en poco tiempo: en el centro de la República no hay chile verde.

El chile verde, también conocido como chile Anaheim, Chile California o Chile Nuevo México (es originario de este último) se cultiva en cantidades masivas en los valles de Sinaloa y es ingrediente fundamental en la comida sonorense.

En Sonora y gran parte del noroeste, el chile verde se usa para hacer chiles rellenos y para darle sazón al exquisito caldo de queso. La técnica para preparar el chile verde es asarlo a fuego directo hasta que se ponga negro, meterlo a una bolsa de hule y dejarlo enfriar, luego quitarle la cáscara, desvenarlo y está listo para los caldos.

Su sabor es tan característico y en la Ciudad de México uno comienza a extrañarlo pero simplemente es casi inexistente.

Al preguntarle por chile anaheim a una experimentada vendedora del mercado de La Merced, sitio donde se encuentra tido tipo de fruta o verdura, asegura que algunas veces les han llegado algunos kilos revueltos con otros tipos de chiles o verduras provenientes de Sinaloa, pero que es muy raro verlos.

Algunas personas dicen que a veces venden en Superama, la tienda famosa por sus precios altos, y que ponen pocos y se acaban rápido.

Entre las personas de Sonora es común el tráfico de chile verde, cuando alguien visita dicho estado del noroeste, se le pide que regrese con chile verde y otros alimentos de esa región.

El chile verde o Anaheim es delicioso y muy cotizado. Si no lo conoces, pruébalo.

(Imagen: Flickr, Autor Orchidgalore. Creative Commons.)

5.29.2013

Nunca aprendí a agarrar bien los lápices.

Fui un niño de los que llaman inteligentes,  aunque yo siempre supe que más que inteligencia era buena memoria.

Cuando entré a jardín de niños ya sabía leer y la maestra quería enviarme directo a Primaria porque estorbaba en el aprendizaje de los demás. Mis padres se opusieron y prácticamente pasé todo el kinder haciéndole mandados a la profesora, ir a la tienda y llevarle recados a la directora (los que ahora sospecho decían "Entreténgalo un rato").

Aunque sólo fui un año al jardín de niños, el otro padecí una fuerte bronquitis asmática que me mantuvo lejos de la escuela.

Cuando entré a la Primaria llegó el momento de aprender a escribir, lo cual yo ya hacía a mi manera y de forma horrible. Por más esfuerzos de la maestra, jamás pude agarrar bien el lápiz. Hasta la fecha me parece incomprensible y cansada la técnica común para escribir a mano.

Sólo uso el dedo gordo y el dedo índice para sujetar una pluma o lápiz, lo cual tras un buen rato de dibujar o escribir mucho me genera un pequeño callo en la parte izquierda del índice derecho.

Mi caligrafía fue horrenda toda la Primaria, casi incomprensible. Hasta que un día, cuando tenía unos catorce años decidí que escribiría bonito. Practiqué todo un verano nuevas letras, eligiendo una por una cuál me apropiaría. Opté por las mayúsculas, con algunas excentricidades en la G y la Z y una S escrita de abajo hacia arriba.

Hasta la fecha utilizo ese abecedario caligráfico que trabajé hace dos décadas pero sigo agarrando "mal" los lápices.

5.28.2013

Sobre los personajes de la rutina.

Hay personas que comparten nuestras rutinas. Gente que no conocemos, no sabemos su nombre ni su ocupación, pero que son parte de nuestra vida por unos instantes, durante muchas ocasiones.

Esos personajes cuyos destinos se cruzan con el nuestro (hablando literal y no metafóricamente). Los vemos camino a la oficina, en el transporte público, en el café, en la fonda.

Ellos también nos reconocen, saben que existimos, pero jamás cruzaremos palabras, tal vez alguna vez una sonrisa si los encontramos fuera de nuestras rutinas compartidas.

Hay tres mujeres que veo seguido.

La morra de la lluvia. Es bonita, de ojos grandes, piel blanca y cabello entre castaño y rubio. La he visto tomar rutas contrarias a las mías. Una vez llevaba una pequeña caja de pizza. Lo curioso es que sólo la veo durante días lluviosos, como si los retrasos y el caos que provoca Tláloc en la ciudad nos afectaran por igual.

La que me avisa si voy tarde. Alrededor de las ocho de la mañana llego a la estación Félix Cuevas en Insurgentes Sur. Si el metrobús pasa lleno no me subo (no vine al mundo a sufrir) y espero el siguiente. Sé que se está haciendo tarde cuando una mujer delgada, cabello lacio y oscuro, de ojos grandes y piel morena clara, se baja del metrobús que viaja al norte y camina cargada a su derecha, pasa junto a mí viéndome a los ojos, tal vez pensando que también se le hará tarde.

La hippie de la bici verde. Circula por Insurgentes rumbo a la UNAM. Es flaca, morena clara, tiene varios cascos los cuales combina de acuerdo a su atuendo, a veces usa lentes y trencitas. La parte trasera de su bicicleta tiene una caja de madera de los llamados huacales. Una vez viajaba con un perro en la canastilla de enfrente. Circula usando todo el carril con una autoridad y tranquilidad envidiable.

Tal vez haya más personas que se cruzan casi a diario en mi vida, pero sólo me fijo en las mujeres bonitas.

5.26.2013

Apuntes sobre Superman

Superman fue durante mucho tiempo el superhéroe más famoso del mundo. Fue el más popular durante la Edad de Oro de los comics (1930s-1950s) y las películas de los 80 protagonizadas por Christopher Reeves están en el imaginario colectivo de todos los mayores de treinta años de edad.

Tras la cuarta película, que es horrible, la popularidad de Superman fue en declive. Su lugar lo tomó Batman, desde Tim Burton hasta Christopher Nolan, el caballero oscuro se convirtió el favorito de las generaciones recientes.

A diferencia de Superman, Batman es un simple mortal (con muchísimo dinero) que lucha contra el crimen a partir de la venganza. El hombre de acero es todopoderoso, prácticamente invencible.

Además, Superman representa, y lucha por mantener, el American Way of Life. Sus colores son los de la bandera de Estados Unidos y sus enemigos son los enemigos de los gringos. Fue un estandarte estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Al terminar está última, Superman perdió validez, Estados Unidos ganó, ¿qué sentido tiene el todopoderoso?

Este servilismo de el último hijo de Kriptón fue manejado por primera vez por Frank Miller en su historia de cuatro tomos The Dark Knight Returns (1986), que por cierto se adaptó magistralmente a animación hace unos meses, en donde Superman es un vil gato a las órdenes del Presidente de EUA pero Batman lo pone en su lugar.

En 2006, después de engüerarla durante muchos años, salió Superman Returns, una película en la que Bryan Singer intentó fallidamente hacer un homenaje o continuación (nunca lo sabremos) a los filmes dirigidos por Richard Donner.

Trece años más tarde, impulsado por el éxito de la trilogía de Batman de Nolan y la serie Avengers de Marvel/Disney, ahora DC/Warner Bros se la juega con Zack Snyder como director en lo que aparenta ser un buen reboot.

¿Pero cuál es la justificación de la existencia de Superman ahora que no hay Guerra Fría y el "terrorismo post 9/11" ya no es lo que hace unos años?

En 2011 DC Comics hizo un reboot completo de sus publicaciones, comenzando nuevas historias para sus personajes. En el caso de Superman el reinicio estuvo a cargo de Grant Morrison (Action Comics #1-#18), en donde el hombre de acero en sus inicios como superhéroe no lucha contra algún sistema enemigo como el comunismo o los terroristas, sino que es el defensor de la clase trabajadora.

En Action Comics lo vemos salvando Metrópolis con pantalón de mezclilla y a un Clark Kent que abandona el Daily Planet por no estar de acuerdo con su manejo de la información que sigue una línea más corporativa que periodística. Además de sus conflictos personales a la hora de decidir qué hacer con su vida.

Es probable que algo de lo anterior sea retomado en The Man of Steel que se estrena en unas semanas. Además de ver qué ofrece el Superman para esta generación, resalta que si funciona y no es un fiasco será el primer capítulo para una serie de películas de Justice League.

5.25.2013

Preguntas aleatorias sobre el sistema social, económico y político.

¿Por qué la Policía nunca golpea o abusa de los ricos?
¿Cuánta explotación humana hay detrás de las verduras que comen los vegetarianos?
¿Por qué los políticos ven a los indígenas como si fueran niños retrasados mentales?
¿Por qué los ecologistas usan teléfonos y computadoras cuya fabricación es muy contaminante?
¿Por qué no hay políticos pobres?
¿Por qué muchos activistas por los derechos humanos llegan a su casa a golpear a su pareja?
¿Por qué legitimamos el sistema político votando por los mismos cada tres años?
¿Por qué hombres que abogan por la equidad de género no lavan un plato?
¿Por qué hay homosexuales racistas?
¿Por qué no nos indigna que los políticos vivan como reyes?
¿Por qué la gente que se queja de su infelicidad no hace el mínimo esfuerzo por cambiar su circunstancia?
¿Por qué los pobres no paran de abusar de sus familias?
¿Por qué solucionamos el mundo en el café o la cantina y no ayudamos a los desconocidos?

La respuesta para las preguntas anteriores: la condición humana.

5.23.2013

Apuntes sobre lo que como.


No acostumbro cocinar, no es que me parezca una actitud detestable pero como hombre soltero que pasa la mayor parte del tiempo en la soledad, no representa reto, ni satisfacción ni ahorro económico.

Me gusta comer en la calle, en puestecitos o lugares. Después de un tiempo de degustar la gastronomía callejera, van algunas notas (no necesariamente recomendaciones sobre comida en el exterior de la casa y oficina).

Fondas y mercados
Son definitivamente la mejor opción para comer en la Ciudad de México. Una comida completa por menos de 70 pesos, arroz, consomé, plato fuerte y muchas veces postre. En la mayoría venden cervezas a precios irrisorios para acompañar los alimentos. Precio: 50-70 pesos.

Tacos de canasta
Los más buenos son los que venden en una canasta sobre una bicicleta. Son parte del delicioso folclor gastronómico de la ciudad y siempre llama la atención su enorme frasco o cubeta con salsa verde. Precio: 4-5 pesos.

Quesadillas
No abordaré la eterna discusión sobre las quesadillas sin queso del DF, pero sí mencionaré que por su variedad siempre funcionan como una comida completa.Precio: 12-14 pesos.

Tlacoyos
Una señora en una esquina con un comal haciendo tlacoyos, garantía de buen sabor.Son baratísimos y con uno o dos basta a la hora de comer. Precio: 10 pesos

Tortas
No se pude caminar más de tres cuadras sin toparse con un puesto de tortas, con su particular forma (taqueros y torteros tienen instalaciones distintas). Mi favorita es la Suiza: queso blanco con quesillo (queso Oaxaca) y queso amarillo, con mucho aguacate, tomate y cebolla. Precio promedio: 35 pesos.

Esquites
Conocidos en mi tierra (Sonora) como coctel de elote, los esquites chilangos son superiores a los norteños por un elemento clave: le ponen mayonesa. Precio: 15 pesos.

Y todo lo anterior es delicioso aún sin comer animales terrestres.

5.22.2013

Notas sobre volver a escribir más allá de una línea.

Poco a poco estoy recuperando la habilidad de escribir. Sufro de un mal contemporáneo: la excesiva síntesis fomentada por el microblogging.

En mi trabajo actual me pagan por escribir. Soy como uno de esos changuitos en máquinas de escribir que trabajan para el Sr. Burns (en aquel famoso episodio de "Plan dental. Lisa necesita frenos"). Escribo alrededor de veinte textos diarios de entre 800 y 1,600 caracteres.

Dicha actividad laboral me ha ayudado a engrasar los engranes que convierten pensamientos en palabras escritas.

El cerebro se atrofia pero también se repara. Es una mezcla de dejar de filtrar cada pensamiento, re-evaluar lo que es la capacidad de síntesis, pocas horas de sueño y mucho café.

Incluso, cada vez menos me llama la atención escribir estupideces cortitas, me está renaciendo el amor por las estupideces de más de 1,000 caracteres y aprovechar los ratos libres para teclear sin rumbo hasta llegar a algún lado.

Escribir corrido, editar después es una técnica que ayuda. Evitar darle tanto juego a la individualidad de cada palabra como si fuera una fruta solitaria y pensar más en un platillo compuesto por muchos sabores.

5.21.2013

Notas sobre los falsos trastornos del sueño.

"Tengo insomnio", escribe alguien en Twitter a las tres de la mañana.  Obviamente es difícil concebir el sueño cuando tu cerebro sigue aferrado a estar frente a una pantalla leyendo sandeces y escribiendo mentiras como la del insomnio.

Las generaciones anteriores acostumbran dormir con la televisión prendida, lo cual requería la mínima atención.  Hoy los medios al ser interactivos mantienen al cerebro en vigilia y el sueño tarda más en llegar. Pero no es insomnio, es una negativa a dormir.

¿Qué hacer para dormir? Lo aconsejable es apagar todo, luces y aparatos. Pero esa solución podría llevarnos a una situación indeseable: estar solos con nuestros pensamientos.

Es en esos momentos cuando nos escuchamos a nosotros mismos, actividad que las pantallas nos ayudan a evitar. Es probable que no nos gusten nuestros pensamientos y tendríamos que escucharlos y moldearlos para que nos dejen dormir. Por eso encendemos de nuevo las pantallas.

Otra solución para dormir pronto es tocarse impuramente. Esa ayuda, y más cuando se hace con la imaginación y no frente a una pantalla.

Notas sobre la rutina

Rutina. (Del fr. routine, de route, ruta).
1. f. Costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas.
2. f. Inform. Secuencia invariable de instrucciones que forma parte de un programa y se puede utilizar repetidamente.

Todos tenemos rutinas, son inevitables.

Despertar a una hora, bañarse, tomar café, transportarse al trabajo, trabajar, comer, trabajar, transportarse, realizar actividades de esparcimiento, dormir.

A simple vista y generalizando, todos los días de rutina son iguales, pero cada elemento tiene sus detalles que hacen que cada situación sea distinta.

Todos los días vemos gente en la calle, pero difícilmente es la misma cada vez. El clima y los colores del ambiente. La señora que se cae, el gato que cruza la calle. La ciudad es un escenario repetitivo pero que de vez en cuando sacude sus piezas.

Luego está el caos rompiente. La lluvia, el metro descompuesto o una huelga nos convierten en hormigas cuando se tapa su hormiguero. Sólo hace falta un elemento rompiente para que las rutinas cambien.

Y no a todo mundo le gusta eso. Es común ver miradas asustadas o gestos de enojo cuando por cualquier motivo a las personas se les mueven sus rutinas. Como si no desearan el mínimo cambio en sus vidas. Las cosas son así y no deben cambiar, tal vez piensan.

Dentro de un rato comenzaré mi rutina diaria. Espero que algo tape el hormiguero.

5.19.2013

Notas sobre la antropología oficial

Visitando el Museo Nacional de Antropología, recorriendo las piezas que nos sirven para armar una historia sobre el pasado prehispánico, escucho a una mujer que guía a un grupo de turistas, nacionales  y extranjeros, en los primeros dos minutos dice dos mentiras o mitos.

Cuando habla sobre los códices le dice a su grupo que no se exhiben los originales porque "los originales se maltratarían". Jamás menciona que los códices no están ahí porque están en Europa. Luego, hablar sobre la Piedra del Sol, dice que contiene una predicción sobre la destrucción de la tierra de los aztecas,  menciona los constantes sismos de la Ciudad de México y la reciente actividad del volcán Popocatépetl. Haciendo alusión a una posible pronta catástrofe predicha por los mexicas.

Cada quien es libre de inventar cuentos, pero la mujer es empleada del Museo, por lo tanto del INAH. Por lo que es alarmante la desinformación que se da a quienes visitan el Nacional de Antropología.

El suceso me llevó a reflexionar sobre la invención de la historia. Con base en objetos suponemos qué es lo que ocurrió. Al final son supuestos que nos llevan a creer algo.

La historia oficial de México tomó su forma actual durante las primeras siete décadas del PRI en el gobierno. Allí se estableció quiénes eran los villanos y los héroes. Qué motivaba a las tribus prehispánicas a sus actos.

Según la antropología oficial, todo acto de las personas antes de la llegada de los españoles tenía tintes metafísicos. Si hacían un anafre con una mujer dibujada, era venerar a una deidad que representaba la vida. Si hacían una escultura de un jaguar era porque lo consideraban un Dios.

Esos supuestos atentan contra la diversión de la condición humana. Tal vez quien hizo el anafre estaba aburrido, quien a hizo la escultura del felino sólo le gustaban los gatos.

En el Museo Nacional de Antropología hay un enorme falo de piedra, la explicación antropológica es que había una adoración fálica relacionada con la fertilidad y los dioses. Yo creo que a alguien, hace veinte siglos, le regalaron una reata gigante para hacerle una broma, y hoy está en un museo.

4.28.2013

Vivir sin comer animales terrestres


Cumplí 30 días de no comer animales terrestres, comparto mi experiencias. Soy un ser onmívoro, nunca le he hecho el feo a la comida y son muy pocas los alimentos que no me gustan. Hace un mes decidí dejar de comer carne terrestre, es decir, vacas, puercos, pollos y demás animalitos que la evolución ha llevado a poblar las llanuras y granjas.

¿Los motivos?
No soy de los defensores de los animales, (de esos que si en media calle hay un niño y un perro y viene un auto, corren a rescatar al perro), estoy conciente de la brutalidad con la que se produce la carne que consumimos.

Los animales que comemos llevan vidas miserables y mueren de formas crueles y sádicas. No nos gusta saber cómo llega una pechuga o un bistec a nuestro plato. Pero eso no me quita el sueño. No tengo problemas con esos sacrificios.

Nunca he ido a una corrida de toros y me entusiasma la idea de conocer una en la Plaza México, por cultura general y porque pronto serán cosa del pasado.
Tal vez alguien piense que me preocupa mi salud y que es más saludable no comer carnes rojas. La realidad es que soy fumador y bebedor, los fines de semana castigo absurdamente mi hígado y pulmones en lo que es una falta de respeto absoluta al cuerpo humano. Entonces, por salud, tampoco.

¿Entonces por qué dejar de comer carne de animal terrestre? Por dos razones, la primera: nomás por mamón. La segunda: como un ejercicio de disciplina.
Cuando tu alimentación evita el 80% de los platillos y botanas disponibles uno está obligado a usar el cerebro para planear y elegir qué vas a comer. Es un gran sistema de autodisciplina y control.

¿Y los animales marinos?
Nunca podría dejar de comer pescados y mariscos. Los deliciosos animalitos del mar son lo más rico (y nutritivo) que podemos obtener de este maltratado planeta Tierra. Y si nos vamos a los dilemas morales, los peces viven en su hábitat (o en granjas acuícolas) toda su vida, paseando y comiendo a toda madre, el final de sus vidas llega rápido  en minutos están muertos, listos para ser cocinados. Recomiendo reflexionar la vida de un atún frente a la de un pollo.

La experiencia
Me he sentido bien, más ligero y con más energía. Después de comer ya no me ataca el "mal del puerco" (o sueño post prandial), y hasta he adelgazado un poco. Lo mejor es la disciplina y el sentimiento de control sobre el cuerpo y las decisiones alimentarias.

Todo esto no significa que, pronto o mucho después, no vuelva a disfrutar de las carnes de los animales terrestres, especialmente si me invitan a comer especies exóticas o en peligro de extinción (porque es importante saborear un animal antes de que desaparezca).

3.30.2013

Cristo murió en Iztapalapa, otra vez.

Decenas de miles de personas listas para presenciar la ejecución de Jesús de Nazaret, evento que se realiza por 170 años en los barrios de Iztapalapa, en la Ciudad de México.

Bebo rápidamente dos cafés, sin endulzante como siempre, y tomo el metro rumbo al llamado teatro más grande del mundo. Tomo la novedosa Línea 12 y trasbordo en Acalitla, una estación de pasillos tan largos que se siente como una peregrinación para ver a Cristo.

Al salir de la estación homónima a la delegación Iztapalapa, el colorido, los sonidos, los olores, invaden los sentidos. Juegos mecánicos, vendedores ambulantes que ofrecen al visitante práctimente de todo, tlayudas, flores, medallitas con algún santo (las cuales promocionan como "la máxima protección por sólo diez pesos").

Es mediodía y las calles están llenas de turistas, curiosos y feligreses. Arriba de un puente peatonal una enorme escultura que representa a Cristo cargando la te da la bienvenida y te dice que estás ahí para ser testigo del evento máximo que se lleva a cabo en la zona.

En la entrada del Santuario del Señor de la Cuevita, un templo construído en el siglo XIX, miles de creyentes reciben mazos de manzanilla y pedazos de pan, los cuales frotan en el manto de un Cristo acostado que según los relatos salvó a los iztapalapenses de una epidemia de cólera durantenla primera mitad del siglo antepasado (y en agradecimiento comenzaron a escenificar la Pasión hace 170 años).

En el interior, cientos de hombres con vestimenta púrpura, huaraches y coronas de espinas decoradas con flores, están sentados en silencio en las bancas de la iglesia mientras el templo se llena de humo de copal, una resina vegetal que desde tiempos prehispánicos se usa para limpiar el espíritu.

Estos hombres son los Nazarenos, católicos que realizan el mismo recorrido que Jesús cargando una cruz, muchos de ellos descalzos sobre el ardiente asfalto de las calles de los ocho barrios de Iztapalapa. Es un ritual para pagar una manda o para expiar culpas. Cada cruz es diferente, algunas llegan a tamaño y peso absurdo pero cada uno de ellos la carga hasta los pies del cerro donde crucifican a Jesús.

Ver a los Nazarenos correr con sus cruces por las calles se siente como un evento deportivo, como un maratón en el que hombres de todas las edades (alcanzo a ver sólo a una mujer y es una niña de unos nueve años) le entregan su esfuerzo físico y espiritual a Jesucristo.

Mientras tanto, miles y miles de personas suben a las faldas del Cerro de la Estrella para ver el momento de la muerte de Jesús, Dimas y Gestas en tres cruces gigantes colocadas en la cima.

El cerro es hostil, sin caminos, la gente sube por donde puede levantando nubes de polvo mientras los vendedores ofrecen bebidas frías, sombreros y congeladas (hielos de sabores).  La vista para los turistas y curiosos ni siquiera es buena, un cerco impide acercarse y la mayoría disfruta el espectáculo a través de las pantallas gigantes colocadas en varios puntos de la loma.

Pasan de las dos de la tarde, el sonido de tres helicópteros se mezcla con el de vendedores y el proveniente de las pantallas. El calor arrecia.

A un costado del cerro hay una colonia popular cuyas angostas calles se han convertido en tianguis. En una esquina unos jóvenes venden micheladas preparadas con mucho chile, el porche de una casa se ha convertido en una pulquería improvisada y está abarrotada. Este día hay Ley Seca en la delegación, no hay venta legal de alcohol.

Quince pesos por entrar a ver, me ofrece un puberto. Es una pequeña vecindad en la que tras meterte a una casa y salir por una pequeña ventana estás en el techo de un cuarto justo detrás de las cruces donde ejecutarán a Jesús y los ladrones. Unas lonas protegen a decenas de curiosos de los rayos del Sol mientras algunos disfrutamos una cerveza fría de las que venden en el lugar.

Casi a las cuatro de la tarde llega Jesús y lo crucifican, después de media hora de intervenciones de soldados romanos con discursos llenos de palabras que no aparecen en la Biblia como República, democracia y otros anacronismos.

Mientras Jesús es elevado a la cruz y un hombre vestido de ángel le arroja una paloma blanca, cientos de soldados romanos y policías de verdad cuidan y consienten a sus caballos a unos metros de donde culmina el calvario.

La gente se retira dejando enormes nubes de polvo. Antes de regresar a sus hogares, muchos hacen una parada en el tianguis que se colocó en los alrededores del metro Cerro de la Estrella.

La tarde cae. Para los Nazarenos esperan días de ampollas y deshidratación. Para los creyentes se ha continuado con la tradición. Para los turistas ha sido un buen espectáculo. Jesús ha muerto una vez más en Iztapalapa.

*Las fotos de La Pasión de Cristo 2013 se pueden ver aquí.

3.12.2013

El lugar que sueño.

Tengo un sueño recurrente, no sobre lo que ocurre sino respecto al espacio. Es un lugar plenamente identificado, es un pueblo dividido en cinco zonas.

La parte de los cerros con sus calles irregulares, edificios y gente amable, la aldea cerrada a la que hay que pedir permiso para entrar y cuyos habitantes comparten rituales extravagantes y muestran una actitud bélica hacia quienes no nacieron allí. El valle, con caminos sinuosos en planicie y pocos pobladores. El lago, dividido en el muelle y las casas sobre el agua. Quienes viven en estas últimas son los violentos.

Durante muchos sueños mi cerebro ha estado armando el lugar, tanto que hasta puedo hacer un mapa de la zona. Sé hacia donde voltear para buscar el norte. Entre la zona de los cerros y el muelle están las tiendas y changarros, y más allá de estas hay una parte que no he visitado, en la que sé hay una estación del tren.

2.28.2013

Bitácora del miércoles 27 de febrero.

Recordé la importancia del queso que en esta ciudad llaman quesillo.
Asistí a una exposición de comales de barro.
Saludé a dos buenos amigos.
Comí nopal asado.
Compré una bicicleta.
Fue un gran día.

2.27.2013

Bitácora del martes 26 de febrero.

Gasté la suela de mis Converse negros mugrosos recorriendo las calles de la legendaria colonia Cuauhtémoc de la Ciudad de México, cazando letreros sobre renta de departamentos. Hice llamadas desde mi nuevo, y flamante, Nokia de lamparita, color azul.
Visité cuatro departamentos pero ninguno cumplió con las expectativas.
Bebí un espresso macchiato y un té de durazno en un café de Paseo de la Reforma. Es un lugar digno de aficionarse, buenas bebidas, buena vista y es visitado por muchas personas extranjeras.
Por la noche asistí a la presentación de la edición 118 de la revista de fotografía Cuartoscuro. Los fotógrafos mexicanos Javier Manzano y Narciso Contreras hablaron sobre su experiencia en Siria, tierra que se encuentra sumida en una sangrienta guerra desde hace dos años y no hay señales de que pronto terminará.
Me di cuenta de que en muchos de los lugares a los que asisto ya es común encontrar caras conocidas.

2.25.2013

Bitácora del lunes.

24 horas en la Ciudad de México. Después de un domingo de cruda, desperté con el entusiasmo de la sobriedad total y el sabor de un café Passmar hecho con la itinerante Aeropress. Cumplí mi eterno antojo de un tlacoyo de requesón bañado con nopales, queso y salsa verde, elaborado con maestría por una mujer frente a la Alameda Central.
La Feria del Libro del Palacio de Minería es un laberinto de editoriales y auditorios semiocultos. La literatura es tan torrencial que es difícil pescar el interés por una presa impresa.
Las fuerzas armadas del país tienen ocupado el Zócalo capitalino, pero a diferencia de las situaciones históricas en esta ocasión es para una exposición bélica de armas, tanques, helicópteros y hasta los botiquines de emergencia.
Las calles del Histórico llenas de personajes que le dan vida a la capital de los contrastes.
Caminé kilómetros para encontrar un café con un asiento vacío y culminé el lunes en un departamento sin electricidad.
Me preparo para las historias sin precedente.