8.21.2013

Los sismos me ponen de buen humor

Los sismos me ponen de buen humor. Los movimientos sísmicos más recientes no los he sentido, pero aún así cada vez que ocurren me forman la sonrisa.

Los terremotos son un recordatorio de que todo se puede acabar en un instante: el escenario, las casas, los edificios, la ciudad como la conocemos, nuestra vida y la de personas que apreciamos.

Son el símbolo de la máxima destrucción, de la miseria, la pérdida y el dolor masivo. También son la muestra de que sólo tenemos la vida y esta se puede ir en un instante junto con las posesiones materiales que tanto nos estresan cuando hay que pagar la tarjeta de crédito.

En cada temblor se nos debe mover el piso cerebral y activar el instinto de disfrutar cada momento como si fuera el último día.

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