Para la casa nada calla.
Ana arranca la cana, la más antaña.
Cada faz la jala.
Nada la llama a la cabaña,
allá las ramas rallan la trama.
Acá la dama afana la cama
saca la sábana arcana.
Al alba, amarra la carga,
la taza amarga raspa la garganta.
La barca atraca a la mañana.
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