1.30.2014

La sumisión a las palabras

*Estas palabras te harán pensar unos instantes y las recordarás cuando veas un letrero. Luego las olvidarás.

A veces olvidamos el poder que ejercen las palabras escritas en nuestras vidas. 

Gracias a algo que leyeron (o escucharon de alguien que leyó en voz alta desde un púlpito) millones de personas creen en un dios, o dioses, y en lineamientos morales de conducta que deben seguir. 

Palabras que fueron escritas por personajes (prácticamente) anónimos hace cientos o miles de años nos indican cómo debemos vivir, actuar y pensar. 

Las leyes y reglamentos que rigen el funcionamiento de las sociedades no son más que palabras escritas en libros. Los "acalorados debates" de los políticos son tecnicismos sólo para cambiar frases dentro del canon de la legislación. Sin palabras escritas la civilización no existiría (para bien o para mal).  

Un libro best seller de superación personal o "vidas ejemplares" de personas sin piernas ni brazos cambian el comportamiento de los lectores durante cortos espacios temporales. 

Los letreros nos ayudan a no perdernos, tweets nos hacen sonreír, correos nos informan cosas a veces relevantes, los contratos firmados que obligan a cumplir con convenios. Y son sólo palabras.

Dicen los fotógrafos que cada uno de sus trabajos vale más que mil palabras, pero por menos de la mitad de esa cantidad de letras plasmadas en un documento se han invadido países y muerto miles, millones, de personas.

La palabra escrita es un ser omnipotente, mágico, hermoso, cruel y bondadoso que nos gobierna a todos. 

*Publicado originalmente en MamboRock

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