4.28.2014

Querida ciencia

Soy fan de Cosmos, la serie de televisión que se trata de difundir el conocimiento y pensamiento científico, especialmente la astrofísica, y cada vez que veo un nuevo episodio siento que la ciencia es en realidad una religión.

Programas de TV y documentales como Cosmos nos muestran el universo. Corrijo: “nos muestran el universo”, porque vemos imágenes de galaxias, nébulas, estrellas que debemos considerar como algo real, cuando en realidad son sólo representaciones computarizadas de imágenes que sí fueron obtenidas por telescopios como el Hubble, aunque otras son total especulación, por ejemplo: la posición de nuestro Sistema Solar en la Vía Láctea visto “desde afuera” o cómo sería estar dentro de un hoyo negro. 

El pensamiento científico trata de convencernos de que el pensamiento religioso está mal y debe ser sustituido. Y estoy de acuerdo con ello. Las religiones se basan en suposiciones como que el humano es el centro de la creación, la Tierra el centro del universo y fuimos hechos a imagen y semejanza de un ser superior. 

Pero la ciencia también establece sus enseñanzas en un gran porcentaje de suposiciones. Cosas que debemos dar por hecho porque las dicen los científicos. Datos que sólo se pueden comprobar o suponer en laboratorios misteriosos en universidades o empresas privadas. Información que tomamos como la realidad sin cuestionarla.

No estoy diciendo que la ciencia esté mal, de hecho considero que es el camino correcto para nuestra situación actual como humanos. La religión nos trajo esperanza y millones de muertes, pero la ciencia también (la bomba atómica, sólo como un ejemplo). 

Mi creencia es que la ciencia viene a sustituir a la religión en el ramo de la búsqueda de explicaciones y cada vez más se convertirá en la religión dominante y que tal vez, en el futuro no tan lejano, la humanidad deba encontrar un nuevo modelo de pensamiento para liberarnos de las cadenas opresoras de la ciencia.

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