4.07.2014

Adiós

A veces durante las madrugadas maullaba desde afuera exigiendo que le abriera la puerta. No eran pocas las ocasiones en las que llegaba y me sorprendía con un ratón vivo, o medio ratón, el cual colocaba cerca de mí, y se sentaba a esperar hasta que lo tomara (o tal vez quería que lo comiera).

Era muy peleonero, fueron muchas las peleas con otros felinos e incluso perros (una vez lo vi luchar contra dos canes al mismo tiempo y salir triunfante) que le dejaron cicatrices en la cabeza, rostro y cuerpo. En distintos momentos desaparecía hasta por un par de días, luego regresaba con más heridas y descansaba como si hubiera vivido situaciones agotadoras.

Le gustaba bailar. Bueno, que lo moviera al ritmo de la música. Una de sus aficiones era "empanizarse" con la tierra del patio.  Era experto en dar masajes con sus patas delanteras, lo que lo hacía entrar en una especie de trance. En los calurosos veranos disfrutaba baños de agua fresca.

Ayer murió. Me dijeron que fue repentino.

Te voy a extrañar aún más, pinche gato.





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